Hace cierto tiempo leí un artículo de Carles Capdevila donde decía que los educadores eran "aquellos que se metían en líos" ... y qué gran lío estamos viviendo la sociedad en la actualidad. Este bicho del Covid nos ha puesto a prueba a todos, incluso a los que nunca dudamos en defender, reivindicar y luchar ante las necesidades sociales. Ha sido un tiempo muy complicado para el programa de educadores familiares. Si la entrada de la figura en los domicilios ya es de por sí difícil ahora, con el estado de alarma y el confinamiento, aún más. Muchas de las familias han pasado por un proceso de miedo, temor, …y no ha sido siempre fácil que nos dejaran entrar en el domicilio.

En un primer momento las videollamadas han servido para continuar velando y trabajando por el bien de las familias y especialmente por los menores. Se ha valorado la cobertura de las necesidades básicas, económicas y se han activado los recursos necesarios. También, como no, hemos seguido trabajando los aspectos educativos que ya se estaban abordando antes de la crisis, y los nuevos que han podido surgir durante el tiempo de confinamiento.

Pasadas las primeras semanas, hemos retomado la intervención en los domicilios, al ritmo que cada una de las familias nos ha permitido, considerando que el nuestro, es un trabajo esencial a la hora de garantizar el bienestar de los niños y niñas en los domicilios.

Durante este  tiempo, los educadores que entramos en los domicilios también hemos tenido miedos, hemos sufrido por nuestras familias, nuestros hijos ... pero no podíamos parar, como nunca, tampoco ahora. Y después de disipar nuestras propias dificultades en el camino para continuar en primera línea,  reconforta  recibir palabras de agradecimiento a nuestra tarea, palabras de aquella madre que siente apoyo cuando vas a casa, la familia que expresa la admiración por continuar trabajando a pesar de la situación, los profesionales que reconocen la labor del educador como necesaria y cercana ... gracias! es lo que da sentido a nuestra labor.

 Y yo pienso ... no nos haremos ricos en el sector social, pero hay tesoros que te dan vida a momentos, que no tienen precio. Y cuando los recibes, te animan a seguir aunque puedas tener miedos, porque esta es parte de  nuestra profesión:  meterte en líos.

... Gracias por todos los agradecimientos a nuestra labor